Tipos, consecuencias y cómo buscar ayuda
La violencia es un problema complejo que puede manifestarse de muchas formas y afectar profundamente la vida de quienes la sufren. Es importante recordar que no estás sol@ y que hay personas y recursos disponibles para ayudarte. La violencia rara vez ocurre como un hecho aislado, por lo que es fundamental actuar y buscar apoyo.
- Violencia autoinfligida: Uso excesivo de fuerza física o mental contra uno mismo, como autolesiones o comportamientos suicidas.
- Violencia interpersonal:
- Familiar o de pareja: Sucede entre miembros de la familia o pareja, generalmente en el hogar.
- Comunitaria: Entre personas sin parentesco, fuera del hogar.
- Violencia colectiva: Uso de violencia por grupos para alcanzar objetivos políticos, económicos o sociales.
- Violencia física: Atentado contra la integridad física de una persona más débil.
- Violencia verbal: Insultos, humillaciones o amenazas, incluyendo actitudes no verbales como miradas de desprecio o gestos insultantes.
- Violencia sexual: Obligación de contacto sexual contra la voluntad de la persona.
- Violencia económica: Control del acceso al dinero, impidiendo trabajar o apropiándose de los ingresos de la víctima.
- Ciberbullying: Acoso psicológico a través de medios digitales, como mensajes, fotos, videos o redes sociales.
Consecuencias de la violencia
Las personas que sufren violencia tienen mayor probabilidad de desarrollar:
- Ansiedad, depresión y estrés.
- Trastornos del sueño y alimenticios.
- Abuso de sustancias.
En el caso de los niños/as que son testigos de violencia doméstica, pueden desarrollar problemas emocionales, retrasos en el desarrollo y una mayor probabilidad de estar en relaciones abusivas en el futuro. Si te identificas con alguna forma de violencia, no esperes.
Pide ayuda y recuerda que no estás solo o sola. Hay recursos y personas dispuestas a acompañarte en el proceso para superar esta situación y recuperar tu bienestar.