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Problemas de conducta

La desobediencia y las rabietas son comunes en la infancia, pero si su intensidad o frecuencia es excesiva, pueden requerir intervención profesional. Con técnicas de autocontrol, es posible mejorar la conducta del menor y la convivencia familiar.

Problemas de conducta
Photo by Tommy / Unsplash

Cómo abordarlos

La desobediencia, el negativismo y las rabietas son algunos de los problemas de conducta más habituales durante la infancia. Aunque forman parte del desarrollo normal en determinadas etapas, cuando su frecuencia, intensidad o duración es excesiva, pueden convertirse en un desafío significativo para la convivencia familiar y el vínculo entre cuidadores e hijos. Estas conductas pueden generar un clima de tensión en el hogar, caracterizado por la ausencia de tranquilidad y un estado constante de alerta, lo que puede derivar en relaciones coercitivas entre los cuidadores y el menor.

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Si las conductas inadecuadas persisten o aumentan en magnitud, es importante considerar la intervención de un profesional. Cuanto antes se aborden estas dificultades, más fácil será corregirlas y evitar que se arraiguen en la vida del niño.

Intervenciones y beneficios:

Los menores pueden ser “entrenados” en técnicas de autocontrol para mejorar su repertorio conductual y emocional. Esto no solo disminuye los desajustes en su comportamiento, sino que también contribuye a:

El impacto positivo de la intervención temprana

Abordar los problemas de conducta a tiempo no solo beneficia al niño, sino que también fortalece las relaciones familiares y fomenta un desarrollo emocional saludable. Si notas que las conductas inadecuadas persisten o afectan la dinámica familiar, buscar apoyo especializado puede marcar una gran diferencia.

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